Agenda Setting 328
Florentino Peralta
10-07-2024
La incipiente administración municipal de Tulancingo es un desastre. La novata alcaldesa, Lorena García Cázares, que no tiene antecedentes políticos y, como muchos otros, logró el triunfo gracias a la marca Morena, no da una.
Su manoseo en la dirección de Comunicación Social es muestra de sus traspiés, pues ni un mes duró al frente la supuestamente experimentada Dulce Gayosso, que presumía haber ocupado ya el encargo en cinco administraciones.
Aunque dicha funcionaria no causó baja, pues por compromisos políticos le encontraron acomodo en las oficinas de Comunicación Social del DIF, donde fue separada Alejandra Soto, y de la Comisión de Agua Potable, al unísono.
Y cuando apuntaba que la anécdota, que parece chiste, había llegado a su fin, resulta que el relevo de Dulce Gayosso, un exregidor que asumió ese cargo por la alianza de Morena y que luego se declaró independiente, sólo duró un día.
Así es, Gustavo Oro no alcanzó a acreditarse ante los representantes de los medios de comunicación y la alcaldesa, Lorena García Cázares, tuvo que resucitar al tercer día a Dulce Gayosso como directora de Comunicación del ayuntamiento.
Lo relatado no debe ser considerado asunto menor, como tampoco la actitud de algunos regidores de Morena, como Roberto Ivey, que ocupa sus influencias para mejorar salarialmente a sus familiares sindicalizados, como a una sobrina.
Sí, se trata del mismo que, junto con las y los demás integrantes del Cabildo, luce sus mejores galas para acompañar a la alcaldesa a eventos de relumbrón, como el 29 aniversario del Consejo Coordinador Empresarial Hidalgo (CCEH).
Este regidor, cuya hermana Jenny fue anteriormente dirigente de los burócratas en el ayuntamiento, favoreció ya a una sobrina, recientemente sindicalizada, que desempeña funciones de secretaria, pero con sueldo casi de directiva.
Algunas integrantes del gremio reclaman ese tipo de prebendas y cuestionan dónde está el cambio prometido por Morena, más, cuando un gran porcentaje de funcionarios identificados con el régimen priista continúan en la nómina.
Quizá por eso, para “taparle el ojo al macho”, no se actualiza el directorio de la presidencia municipal de Tulancingo, para no hacer evidente que la transformación solamente es de quienes cambiaron de priistas a morenistas, para quedarse.
Un caso particular es el de Sonia Alfaro, quien pese a ser ratificada ya en esta administración como directora del Centro Especializado de Atención a la Violencia Familiar (CEAVIF), la removieron antes de cumplir el mes, presuntamente por injerencia de la lideresa sindical, Sandra Pazarán.
CAMALEONES
Entre otros priistas, que se desvivían en caravanas hacia el exalcalde Jorge Márquez, y que continúan en el ayuntamiento, no precisamente por su talento, se cuentan Maricruz García en el zoológico, Salvador González aún como contralor, Roberto Gómez en Gestión Política, Jesús García en Bomberos, su hijo Erick García en Mejora Regulatoria, Eréndira Balderas pasó de Cultura a Adquisiciones, su esposo Iván “N” en Mantenimiento y Netzer Díaz en Innovación.
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