Gabriel Orozco, ciclos de vida y su juego geométrico en la cotidianidad
- Redacción
- 26 feb
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Mente Lunera

Andrea González
(02-26-2025)
Los brotes de asombro que genera su extraordinaria simplicidad llevan a preguntarme si el trabajo de todos estos años fue planeado o surgió de manera espontánea, se trata de Gabriel Orozco y su exposición en el Museo Jumex, que consta de 300 obras en lienzo y estructuras de poliestireno que cuelgan del techo.
Me hubiera gustado adentrarme en la mente del artista plástico para observar a través de sus ojos al toparme con un círculo. Gabriel Orozco nos comparte su trabajo desde la década de los 90 hasta la actualidad. En el momento en que ponemos un pie en las escaleras, a la entrada del museo, Orozco toma lugar.
Una mesa de ping-pong interactiva con forma de cruz y un pequeño estanque cuadrangular lleno de plantas, justo en medio, permiten que la gente se divierta y busque una lógica o metáfora personal en este juego que propone el artista en su exposición “Politécnico Nacional”, la primera en un museo de México en 20 años.
Su muestra ocupa los dos pisos del museo ubicado en la CDMX. Nos narra su exploración acerca de los círculos, figura geométrica presente en todos lados, no sólo en cada rincón de su obra, sino también en la vida cotidiana, como si nos invitara a salir de allí para empezar a contar los círculos que nos rodean.
Al interior del museo, en cada parpadeo, vemos la geometría convertida en juego y reflexión. Por ejemplo, hay un mapa del bosque de Chapultepec donde, para no perderse, se marcan puntos de referencia. Para pasar el rato, se puede jugar con un balón de futbol, aunque este termine perdido en la azotea ajena.
Cuando tenemos prisa por volver, miramos el reloj. Cuando hay una reunión y queremos platicar entre todos los asistentes, no hay mejor estrategia que una mesa redonda. Cada una de estas ideas, Orozco las captura en recortes, fotos y balones de futbol esparcidos por el piso o arrimados en un rincón.
Sugiere que la vida es un ciclo, que dentro existen patrones redondos que nos regresan a nuestro origen. Todo nace y muere en el mismo lugar, como lo expresa en la secuencia de boomerangs pegados individualmente por toda la pared del primer piso, implicando que formamos parte de la obra, convirtiéndonos en uno con ella.
Gabriel Orozco regresa a México con un recuento de su obra, disponible en el Museo Jumex del 1 de febrero al 3 de agosto de este 2025, en un recorrido que explora las obsesiones, experimentaciones y principios visuales que lo han definido, montada en colaboración con la curadora de arte, Briony Fer.
La entrada a la exposición, que abarca desde pequeñas esculturas hasta complejas instalaciones, fotografía, dibujo, pintura y ensamblajes, es totalmente gratuita. Entre sus obras más destacadas se encuentran “Cuatro bicicletas”, de 1994; “Dark Wave”, de 2006; y “La DS” (Cornaline) de 2013, por decir algunas.
Gabriel Orozco nació en Xalapa, Veracruz en 1962. Es un artista contemporáneo que estudió en la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la UNAM y cuyo trabajo ha sido expuesto en el MoMA de Nueva York y la Tate Modern de Londres. Ahora regresa a México con una exposición que se perfila como una de las mejores.
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