Los colaterales del coronavirus
Florentino Peralta
04-06-2020
Nada inesperado, aunque no por eso menos grave: la emergencia sanitaria por la pandemia de coronavirus (Covid-19) desnuda el desmantelamiento nacional de los servicios de salud, cortesía de la autonombrada cuarta transformación (#4T).
Régimen caracterizado por la falta de empatía social del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador y su descoordinación, atinó apenas a entregarle a las fuerzas armadas el control de algunos hospitales para atender los contagios.
Entre ellos, el Hospital General y la Unidad Médica Regional de Atención a la Gestación y al Neonato de Huichapan, así como la Clínica 33 del IMSS ubicada en Tizayuca. En el primer caso se oponen los habitantes y en el segundo el personal.
En Huichapan confinarán a los enfermos de coronavirus provenientes de cuatro entidades del país, según acusan los inconformes, mientras que en Tizayuca a los provenientes del resto de Hidalgo, afirman aquellos trabajadores que se oponen.
La muerte de médicos que tuvieron contacto con el virus, en el cumplimiento de su deber, ha alentado esta resistencia, aunque se debe aclarar, los trabajadores de la salud no se niegan a enfrentar la crisis, pero se quejan por no tener con qué.
Esos galenos que murieron la semana pasada trabajaban en hospitales y clínicas del Instituto Mexicano del Seguro Social de Monclova, Coahuila; la ciudad de Zacatecas y la Secretaría de Salud de Hidalgo, víctimas del llamado Covid-19.
Hasta el pasado 1 de abril eran 39 los trabajadores del Seguro Social a nivel nacional que estaban contagiados, 21 de ellos en el Hospital General de Zona Número 7 de Monclova, donde tuvieron que reconocer fallas en sus protocolos.
En al menos ocho estados del país, trabajadores del IMSS han protestado, como los señalados ya de la clínica 33 de Tizayuca y del Hospital General de Zona y Medicina Familiar 1 de Pachuca, además del personal por contrato del Hospital General de Pachuca y el Obstétrico.
¿ADQUISICIONES EN COMA?
En medio de estos reclamos a nivel nacional por falta de materiales, trascendió ya en rotativos de la capital del país que el hidalguense que despacha en la calle de Moneda, en el centro histórico de la Ciudad de México, fue reprendido por la falta de insumos, como ventiladores y medicinas, para enfrentar la emergencia sanitaria por coronavirus. El rechazo de facturas mexicanas en otros países ha demorado las compras solicitadas por la Secretaría de Salud federal y el IMSS solicitó ya también a un tambaleante Arturo Herrera Gutiérrez autorizar 2 mil 200 millones de pesos de su reserva financiera para comprar 2 mil 500 ventiladores artificiales.
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