Marco Rico, la ignominia de Morena
Florentino Peralta
12-07-2023
La falta de liderazgo y capacidad de Marco Antonio Rico Mercado tienen sumido en la ignominia a Movimiento Regeneración Nacional (Morena), que lejos de representar democracia, evidencia el desorden interno que padece.
Son más de 21 mil las personas que solicitaron registro para acceder a alguna de las candidaturas a los diferentes puestos de elección popular que serán sometidos a votación en 2024: ayuntamientos, diputaciones y senadurías.
El partido lopezobradorista carece de estructura sólida, mientras que propios y extraños desconocen los procesos de conformación que actualmente se llevan a cabo, pues existe un vacío de autoridad propiciado por Marco Rico.
Además, Hidalgo no cuenta con una coordinación estatal para la precampaña presidencial de Claudia Sheinbaum y muchos de los militantes que acuden a las distintas actividades partidistas coinciden en el desdén del dirigente.
Incluso le atribuyen, a la fecha, frases como aquella que, en Hidalgo difícilmente ganaría una mujer, que la entidad aún no está preparada para eso, en alusión a la pasada candidatura gubernamental de la priista, Carolina Viggiano.
Quizá el dirigente de Morena en Hidalgo no se percate que en ese dicho está implícito que la precandidata única de su partido a la presidencia de la República es precisamente una mujer, la exjefa de gobierno de la Ciudad de México.
En medio de todo esto, el equipo de Sheinbaum quiere que Hidalgo entregue un millón de votos durante las elecciones presidenciales del año próximo, un estimado de 350 mil votos más que los obtenidos por Julio Menchaca.
Si bien esa tarea, seguramente, será de los equipos alternos a la dirigencia estatal, Marco Antonio Rico Mercado poco o nada abona hasta ahora para dicha causa, quien era férreo crítico de Andrés Manuel López Obrador.
ASCENDENCIA
Marco Antonio Rico Mercado llegó a la dirigencia estatal de Morena por conducto del jefe de la Unidad de Planeación y Prospectiva, Miguel Tello. Ha carecido hasta ahora de empaque para conducir los destinos de un remedo de partido político que camina en automático, cobijado con el manto presidencial de López Obrador, pero que en su andar deja ya heridos que, aunque parezca prematuro, cobrarán facturas electorales, pues la frustración entre sociedad y aspirantes perdedores se hará presente y no existe una maquinaria partidista para contrarrestarla.
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