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Agenda Setting 260

El Mexe e IDA, ¿desatención gubernamental?

Florentino Peralta


09-21-2023


Las desatenciones e incapacidades del actual gobierno de Hidalgo, emanado de Morena, se reflejan ya en problemas de gobernabilidad, los más escandalosos relacionados con normalistas rurales de El Mexe y estudiantes de la UAEH.


En el sexenio del gobernador priista, Miguel Ángel Osorio Chong se consolidó la desaparición de la legendaria escuela normal rural Luis Villarreal “El Mexe”, pero años después Andrés Manuel López Obrador prometió reabrirla.


La palabra presidencial tardó en concretarse, en medio de engaños, pues en una primera instancia desde el gobierno federal, también emanado de Morena, a las y los aspirantes se les quiso vender gato por liebre, pero no se dejaron.


Se promovió la idea que estaba ya en marcha la nueva versión de la normal rural, pero se trataba de la Universidad para el Bienestar Benito Juárez García (UBBJG) de Francisco I. Madero, que terminó en Jacala y “El Mexe” sí resurgió.


Con este renacimiento volvieron también las demandas, y los problemas, como la reposición del comedor e internado y ante la displicencia de la Secretaría de Educación Pública de Hidalgo (SEPH) tenemos otra vez manifestaciones.


La salida fácil del gobierno que encabeza Julio Menchaca ha sido insinuar que algún actor político está detrás de la radicalización de los normalistas, que la semana pasada secuestraron cuatro autobuses para protestar en Pachuca.


Pues claro que hay un actor visible, es también emanado de Morena, alcalde de San Salvador y manifestante profesional de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE): Armando Azpeitia Díaz.


El asunto es a qué dedican el tiempo los secretarios de Gobierno, Guillermo Olivares Reyna y de Educación, Natividad Castrejón, así como qué tantas cuentas les pide el gobernador Menchaca que dejan crecer este tipo de problemas.


¿RESPETUOSO U OMISO?


En cuanto a la revolución que vive la UAEH, cuyo novel rector Octavio Castillo se ha encargado de potenciar con sus necedades, resulta que el gobierno estatal es muy respetuoso de la “autonomía universitaria”. Si la idea es “mirar de lejitos” para que el movimiento estudiantil eventualmente derive en la caída de Gerardo Sosa, parece una estrategia socialmente muy riesgosa, pues en ese “que se maten entre ellos”, efectivamente puede ocurrir más barbarie. El primer año fue “los corruptos del pasado”, ahora es “la efervescencia política”, ¿así se la van a llevar?

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